Reflexiones VIII

Primero porque tengo la misma edad que ellos, aunque no hayan vivido seguramente ni la mitad que yo, la misma intensidad de cosas, y yo ahora mismo voy a opositar pero no tengo ni un euro, vivo con mis padres, no tengo novia porque no he podido conocer a nadie en este tiempo y etc...
Y siempre viene la frase mítica a la cabeza aunque yo considero que he aprendido muchísimo a lo largo de esta travesía de mi enfermedad pero... ¿por qué, sólo aparentemente, a algunos le va tan bien y a otros tan mal?...
Ya hablé de eso en otros artículos, de las circunstancias que influyen más de lo que pensamos y la genética, pero que hay gente que vive sin ningún filtro alguno, por inercia, y siguiendo las modas y tópicos del momento, y otros, como en mi caso, no...
Entonces nada el lector sabrá lo que me ha pasado con ellos y están casi completamente fuera de mi pensamiento y yo no he querido tenerles ahí, pero en definitiva y en base a lo que les conozco, gente sin ningún tipo de principio, eso sí, muchos abanderados a la religión, mezquina, y con excesivas ambiciones banales, y ganas de ser conocido aunque lo nieguen...
Entonces, siempre se dice que la vida pone a cada uno en su sitio... casi siempre pasa. Y yo no tengo especial interés en ellos, pero algún día, y no soy vengativo y paso olímpicamente, pero cuando el viento, o un vendaval, remueva un poco las máscaras de ellos, todo caerá por su propio peso.